
El expresidente Germán Vargas Lleras encendió las alarmas en el panorama político nacional luego de la presentación, el martes 15 de abril, de la terna que el presidente Gustavo Petro envió al Senado de la República para elegir al reemplazo de la magistrada Cristina Pardo en la Corte Constitucional.
A través de su cuenta de X, el también exsenador expresó su preocupación por lo que considera un intento del mandatario por tomar control del alto tribunal.
“Lo he advertido: este puede ser el año en que Petro se tome la Corte Constitucional. Ojalá la Corte Suprema no se equivoque al conformar las ternas para reemplazar a los magistrados Reyes y Fajardo, ni el Senado al elegir. Están en riesgo las elecciones y el futuro de Colombia”, escribió Vargas Lleras, refiriéndose no solo a la terna presidencial, sino a los demás cambios que se avecinan en la composición de la Corte, con lo cual se podría reconfigurar el equilibrio de fuerzas al interior del organismo.

La preocupación de Vargas Lleras se enfoca especialmente en uno de los nombres presentados por el presidente: Héctor Alfonso Carvajal Londoño, reconocido abogado penalista y figura cercana al círculo más íntimo de Petro.
Carvajal no solo ha sido su defensor en varios procesos judiciales desde su alcaldía en Bogotá, sino que también ha representado intereses clave del Gobierno actual, como la defensa del suspendido alcalde de Medellín, Daniel Quintero, ante la Procuraduría General de la Nación.
Ha sido una pieza clave en los litigios más relevantes del petrismo, incluyendo el actual proceso por presunta violación de topes electorales ante el Consejo Nacional Electoral, en el que actúa como apoderado del presidente.

Este nivel de cercanía ha generado inquietudes sobre la independencia judicial que debe garantizarse en la Corte Constitucional. Para muchos críticos, incluir a un aliado tan directo en una terna para ese tribunal representa una amenaza a la separación de poderes.
Junto a Carvajal, el presidente Petro incluyó a dos mujeres con destacada trayectoria académica y judicial: Karena Caselles Hernández y Dídima Rico Chavarro.
Caselles, oriunda de Villavicencio, es abogada de la Universidad Santo Tomás con especializaciones en derecho constitucional y administrativo del Rosario, y una maestría del Externado. Tiene, además, estudios doctorales en derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Su experiencia incluye haber sido magistrada encargada de la Corte Constitucional y auxiliar en la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema.
Por su parte, Dídima Rico ha estado vinculada con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) como magistrada auxiliar y es reconocida por su perfil académico: doctora en Derechos Fundamentales por la Universidad Carlos III de Madrid, penalista y directora de la Maestría en Ciencias Penales y Forenses de la Universidad Autónoma de Colombia.
Aunque ambas tienen hojas de vida destacadas, la inclusión de Carvajal como único hombre en la terna ha desatado un debate adicional en torno a la paridad de género.
La terna enviada por Petro será ahora evaluada por el Senado, que deberá elegir entre Caselles, Rico y Carvajal a la persona que reemplazará a la magistrada Cristina Pardo, cuyo periodo termina este año. La decisión que tome el Congreso no solo definirá una silla en la Corte Constitucional, sino que podría ser clave para el rumbo que tome el país en los próximos años, en un escenario donde la independencia judicial está más en debate que nunca.
En lo que resta de 2025, deberán definirse otras dos vacantes en la Corte Constitucional: las de los magistrados Antonio José Lizarazo y José Fernando Reyes, cuyos reemplazos estarán en manos de la Corte Suprema de Justicia y del Senado.